¿Viven en una constante discusión? ¿no logran ponerse de acuerdo en la crianza? ¿les cuesta contar el uno con el otro porque ya no se sienten apoyados? ¿han perdido las ganas de estar juntos? ¿se han planteado la separación?
¿Quieres resolver tus problemas de pareja pero por más que lo intentas no logran salir del bucle de conflictos?
Te entiendo... ¡yo he estado allí!
Lo viví en carne propia porque pasé a formar parte de la lista de divorcios y separaciones tras 12 años de casada. ¡Así que sé lo que es tener problemas de pareja y no encontrar una salida por nosotros mismos!
Como dijo Scott Fitzgerald, "te hablo desde la autoridad que me da el fracaso". Vivir el antes, durante y después me hizo cuestionar muchas cosas. Me permitió entender qué no funcionó. Me permitió observarme y observar la relación desde otra perspectiva, para ver las cosas con más claridad y rescatar los aprendizajes que me ayudaron a fomentar una mayor consciencia en el futuro.
Esto me ha permitido co-construir una nueva relación más plena y satisfactoria. ¡Y ha sido maravilloso!
Así que divorciarme no sentenció mi vida amorosa. Por el contrario: marcó un camino de aprendizajes para transformar mi concepción del amor.
Esto lo logré investigando, formándome y profundizando en el ámbito de las relaciones. Yo quería entender por qué las relaciones pasaban del amor al conflicto y sobre todo, saber si era posible evitarlo o en su defecto, reencauzarlo.
¡Entender esta dinámica se volvió mi pasión y mi misión!
Y es que creo que carecemos de las herramientas y los conocimientos necesarios cuando se trata de vínculos interpersonales, porque en el colegio no nos educaron para convivir (mucho menos para construir familia). Tampoco nos enseñaron a cómo lidiar con nuestras emociones y mucho menos con las emociones del otro. Con suerte algunos habrán visto el ejemplo de sus padres, pero francamente nadie nos ha educado para uno de los desafíos más difíciles a los que nos enfrentamos los seres humanos: ¡las relaciones!
Una relación de pareja es básicamente un entrenamiento personal continuo . No es una tarea sencilla. Requiere mucho de nosotros mismos.
Y si hay hijos en la ecuación (ya sean propios o de relaciones anteriores), esa complejidad se multiplica, ya que nuestros estilos de crianza pueden convertirse en una lucha de poder, en lugar de una labor en equipo para trabajar por un proyecto común.
Por eso estoy segura que aunque tu relación hace aflorar lo más maravilloso de ti, también hace aflorar tus más profundas heridas y conflictos internos :
En fin, esa persona ayuda a que se activen una infinidad de memorias inconscientes y eso nos genera grandes malestares que se terminan convirtiendo en conflictos: peleas, frialdad, orgullo, resentimientos, gritos, palabras hirientes, etc. etc. etc.
Y todo lo anterior, ¡por partida doble!
Por eso no es fácil convivir…
Porque en la convivencia no sólo te encuentras las cosas bonitas… también te encuentras con los desperfectos tuyos, los de la otra persona y los de la propia relación.
¡Convertirse en una pareja estable no tiene que significar el fin del amor!
Créeme que todas las personas que buscan asesoría lo hacen porque ya han agotado todos los recursos que conocían para poder resolver sus conflictos por ellos mismos.
En la consultoría de pareja, lo que busco es conocer la historia y los valores sobre los que se sostiene la relación, comprender el funcionamiento de la pareja e identificar los nudos de estancamiento que están impidiendo la conexión emocional y una sana convivencia.
Mejorar una relación requiere implicación. Por eso mi modelo de trabajo requiere que quienes decidan comenzar este recorrido en su relación se comprometan dentro y fuera de las sesiones, ya que mi misión es ser promotora de nuevos escenarios para que adquieran nuevas herramientas que les ayuden a funcionar a lo largo del tiempo una vez acabado el proceso de consultoría.
La idea es que cada persona sea un ente activo para conseguir los objetivos trazados y que no se queden como un mero espectador.
Si se aprenden nuevas herramientas y se redescubre la relación desde otra perspectiva, además de darle un nuevo aire a la relación, también podrán superar las nuevas crisis que vendrán en el futuro, de una forma más rápida y con menos conflictos.
Además, volver a sentir la ilusión de estar en pareja, pero lejos de la idealización de una relación perfecta. Porque cuando una pareja crece y madura emocionalmente puede sentir la libertad y la confianza de ser quienes son porque hay un vínculo de aceptación, respeto, seguridad y complicidad que los protege.
Estoy aquí, con mis conocimientos, mis herramientas y mi experiencia para contribuir en la mejora de tu relación y me comprometo a acompañarles en este proceso para mejorar el vínculo que los une: ¡ el amor!
Ahora me gustaría saber si ustedes quieren implicarse y comprometerse para fortalecer el amor que los une y por el que saben que merece el esfuerzo intentarlo.
Dirigido a aquellas personas que quieren trabajar en sí mismas.
Dirigido a personas que quieran trabajar en su relación de pareja.
Dirigido a parejas que quieren una alternativa a la terapia de pareja.